Lilián Celiberti nació en Montevideo el 3 de diciembre de 1949. A los 16 años inició sus estudios de magisterio y esto, como a muchas jóvenes de su generación, la acercó a conocer realidades de pobreza y exclusión social. Integró un grupo socio pedagógico vinculado a las escuelas rurales y se integró a la militancia gremial de su centro de estudios.

En 1972 Lilián se vinculó a la Federación Anarquista Uruguaya (FAU) y trabajaba en una escuela pública del barrio Cerro de Montevideo. En ese año, en el contexto de la democracia autoritaria que se instalaba progresivamente bajo el gobierno de Pacheco Areco, sufrió su primera detención política permaneciendo dos meses en la cárcel que se estableció en el edificio de la escuela de enfermería Carlos Nery. En 1973 volvió a ser detenida por militares y estuvo secuestrada primero en cuarteles y luego procesada por la justicia militar y presa durante un año y medio en la cárcel de Punta de Rieles. 

Al ser liberada es obligada al exilio con una cláusula que no le permitía residir en ningún país de la región. Por este motivo Lilián se radicó en Italia y desde allí se acerca a la militancia feminista y comenzó estudios en la Universidad de Milán. Al mismo tiempo permanece vinculada a las acciones de denuncia de la dictadura que realizaban los exiliados uruguayos en Europa.

En 1976 se integró al Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) que se formó en Buenos Aires en 1975 y agrupó a militantes que venían de organizaciones anarquistas uruguayas.

En 1978 se instaló en la ciudad de Porto Alegre (Brasil) junto a sus dos hijos y a Universindo Rodríguez. En ese país ese año se comenzó a editar el periódico “Compañero” del PVP que se ingresaba en forma clandestina a Uruguay y que denunciaba las desapariciones, asesinatos, torturas y la corrupción económica de la dictadura uruguaya. Asimismo se buscaba estrechar vínculos con la oposición brasileña a la dictadura e intensificar la campaña internacional por los uruguayos desaparecidos en Argentina durante el año 1976.

En noviembre de 1978 en un operativo llamado “zapato rojo” que fue realizado por la coordinación de la Compañía de Contrainformación del Ejército uruguayo y del Departamento de Orden Político y Social (DOPS) brasileño, un grupo de policías y militares brasileños y uruguayos secuestraron a Lilián, Universindo y los pequeños Camilo de 7 años y Francesca de 3.

A Lilián la capturan en una terminal de buses en Porto Alegre y a Universindo y los niños a la salida del apartamento donde vivían. Permanecieron secuestrados y torturados en el edificio del DOPS y luego, junto a los niños, trasladados e ingresados clandestinamente a Uruguay.

Los militares uruguayos Glauco Giannone y Eduardo Ferro, ni bien ingresaron a Rocha en el predio del Parque Nacional de Santa Teresa dirigieron las torturas e interrogatorios  contra Lilián. Al poco tiempo fue separada de su hijos, estos fueron trasladados a Montevideo y días después, cuando la madre de Lilián retornó de Italia a Brasil y comenzó a denunciar públicamente lo ocurrido logró que le fueran entregados sus nietos. 

Lilián que nuevamente había sido llevada a Porto Alegre fue amenazada con la vida de sus hijos para que identifique o contacte a otros militantes. El 17 de noviembre de 1978 un llamado anónimo a la redacción de Veja solicitó al periodista Luiz Cláudio Cunha que fuera a un apartamento ubicado en un edificio de la calle Botafogo. Allí Cunha junto al fotógrafo Joäo Baptista Scalco llamaron a la puerta y son atendidos por una mujer joven visiblemente aterrorizada que reconocen como militante uruguaya.

La acción de los periodistas, que comenzaron una investigación e informaron públicamente de ese secuestro fue clave para el conocimiento de los hechos y para identificar a los responsables. Esa noche Lilián fue nuevamente llevada al DOPS para luego ser trasladada a Montevideo.

Una semana después de ese nuevo traslado, el Ministerio de Relaciones Públicas emitió un comunicado con la versión oficial de que Lilián y Universindo fueron detenidos en Uruguay al ingresar al país con armas y documentos subversivos.

Permaneció secuestrada en varios cuarteles uruguayos y luego fue procesada por la justicia militar y presa política en el Penal de Punta de Rieles hasta el 21 de noviembre de 1983.

Un militar que desertó de la compañía de contrainformaciones  del ejército uruguayo denunció internacionalmente en mayo de 1980 cómo se organizó el secuestro y quiénes fueron los oficiales a cargo.

En marzo de 1979 en Brasil el abogado Omar Ferri presentó una denuncia ante la justicia penal de ese país y se constituyó en el Parlamento una comisión para investigar el hecho.

En 1980 comenzó a funcionar la investigación parlamentaria y judicial sobre el caso; esta última llevó a la condena en apelación en 1981 del policía brasileno Orandir Portassi Lucas por abuso de autoridad.

En Uruguay, el 23 febrero de 1984 aún bajo dictadura, Lilián y Universindo presentaron ante la justicia uruguaya la denuncia de sus secuestros. Recién en mayo del año 2018 se solicitó el procesamiento de cuatro de los represores uruguayos involucrados en el operativo.