Anatole Boris Julien Grisonas nació en Montevideo el 25 de septiembre de 1972.
Su padre Mario Roger Julien Cáceres era ciudadano uruguayo, fue obrero gráfico y era estudiante de la Escuela de Bellas Artes. Su madre Victoria Lucía Grisonas Andrijauskaite nació en Argentina pero desde muy pequeña vivió en Uruguay. Ambos eran militantes de la Federación Anarquista de Uruguay, se casaron en 1968 y luego del golpe de Estado de Uruguay de 1973 se instalaron en Buenos Aires con el estatuto de refugiados del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNUR) y participaron de la formación del Partido por la Victoria del Pueblo.
El 9 de mayo de 1975 en Buenos Aires nació Victoria Eva, la segunda hija del matrimonio. La familia vivía en una casa ubicada en la localidad de San Martín, Provincia de Buenos Aires.
El 26 de septiembre de 1976 desde el mediodía se desplegó en torno a la casa de la familia un fuerte operativo realizado por efectivos fuertemente armados de las fuerzas de seguridad argentinas y uruguayas. Los represores dispararon contra la vivienda y cortaron la luz eléctrica y las líneas telefónicas desplegando una gran cantidad de vehículos militares incluyendo dos tanquetas para cortar el tránsito en los extremos de la cuadra.
Mario habría intentado escapar pero fue interceptado; en principio se pensó que se habría suicidado aunque los tribunales argentinos concluyeron que fue asesinado en el marco del operativo. Victoria fue capturada con vida; ella y los pequeños fueron llevados al centro clandestino de detención y tortura Automotores Orletti donde permanecieron unos diez días.
El 7 de octubre de 1976 a Anatole y Victoria los trasladaron en forma clandestina a Uruguay por vía aérea, permaneciendo secuestrados en la sede del Servicio de Información de Defensa (SID), en la calle Bulevar Artigas esquina Palmar de la ciudad de Montevideo. El ex soldado Julio César Barboza que prestaba funciones en el SID, dio testimonio sobre la presencia de los niños que estaban en una habitación de la planta principal al cuidado de una joven secuestrada y embarazada. Esa joven era la ciudadana argentina Maria Claudia García Iruretagoyena de Gelmán, que también había sido trasladada desde Orletti.
En el mes de noviembre los llevaron a la casa de un sargento del SID miembro del grupo de secuestradores y desde allí los trasladaron en avión a Chile custodiados por personal militar. En la ciudad de Valparaíso los abandonaron en las primeras horas de la mañana del 22 de diciembre en la plaza O’Higgins. El dueño de unos juegos infantiles al ver que los dos niños, que notoriamente no eran chilenos, estaban solos informó a Carabineros y a la policía local. Los niños son llevados a un orfanato y se informa de la situación a una jueza de menores.
El 29 de diciembre de 1976 los diarios chilenos publicaron la foto de los dos niños sentados en un banco de la plaza lo que aumentó el impacto en la comunidad del encuentro de dos niños con acento rioplatense abandonados.
Anatole y Victoria finalmente fueron amparados por un matrimonio de nacionalidad chilena sin vinculación con el aparato represivo. Mientras esto ocurría la abuela paterna de los niños, María Angélica Cáceres, emprendió una activa búsqueda en instituciones de Argentina y Uruguay y de organismos internacionales.
En el año 1979 María Bernabela Herrera Sanguinetti, ciudadana uruguaya encargada de la oficina de ACNUR en Chile, recibió una carta del presidente de La Cimade, organización francesa que trabajaba con migrantes y refugiados, que le informaba sobre una asistente social chilena que al ver una foto de los hermanos Larrabeiti Yáñez en Venezuela señaló que podrían ser dos niños que vió en Valparaíso.
La Sra. Herrera solicitó al Comité de Derechos Humanos para países del Cono Sur (CLAMOR), organización brasileña que trabajaba con ACNUR y que contaba con una filial en Valparaíso, que verificara la información. Inmediatamente verificada la validez del reconocimiento se contactó a la señora Angélica Cáceres, quien viajó a Valparaíso en julio de 1979.
Este proceso permitió a Anatole y a la pequeña Victoria conocer su identidad y a su abuela reencontrarlos. Los niños alternaron su crianza en Chile con visitas a Uruguay para restablecer el contacto con su familia biológica. Sus padres permanecen desaparecidos.
El caso de la familia Julien Grisonas fue investigado en los cinco juicios conocidos como “Automotores Orletti'' y la megacausa argentina contra el Plan Cóndor.
Los hermanos Anatole y Victoria continúan viviendo en Chile y llevaron su caso ante la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos; esta última condenó al Estado argentino el 23 de septiembre de 2021 por su responsabilidad en los hechos.