Agustín Goiburú Giménez, médico paraguayo, casado y padre de tres hijos, tenía 47 años cuando fue secuestrado el 9 de febrero de 1977 en la ciudad de Paraná (noreste de Argentina) tras sufrir décadas de persecución por la dictadura paraguaya.
Como joven médico, Goiburú había trabajado en el Hospital Policial “Rigoberto Caballero” en Asunción. En 1958, había sido uno de los fundadores del Movimiento Popular Colorado (MOPOCO), un partido político de oposición a la dictadura del General Alfredo Stroessner, que asolaba a Paraguay desde 1954.
En aquella época, Goiburú denunció las torturas y los tratos inhumanos que sufrían los opositores al régimen. Finalmente, fue obligado a renunciar a su trabajo en el hospital por negarse a firmar certificados de defunción falsos que encubrían las circunstancias reales de las muertes por torturas de los presos políticos. La dictadura paraguaya acosó incesantemente al médico, quien buscó refugio en la embajada de Uruguay y salió del país. En 1959, se instaló con su familia en Posadas, capital de la fronteriza provincia argentina de Misiones.
A pesar de haber abandonado a su país, desde Argentina el médico denunciaba incesantemente los crímenes de Stroessner. Agustín vio de primera mano, flotando en el río Paraná, los cuerpos de jóvenes brutalmente torturados, arrojados desde aviones del Ejército paraguayo. Paralelamente, el dictador paraguayo conjeturaba planes para detener a Goiburú. En noviembre de 1969, las garras del régimen lo alcanzaron por primera vez: la Marina paraguaya apresó al médico mientras pescaba en el río Paraná, en aguas territoriales argentinas, con su hijo Rolando y dos amigos. Goiburú fue trasladado inmediatamente a Asunción, donde su esposa logró localizarlo tres meses después. Debido a la presión internacional, fue finalmente trasladado a una comisaría de Policía de la Capital de la que, junto con otros presos, escapó con éxito en diciembre de 1970 cavando un túnel subterráneo. Tras asilarse en la Embajada de Chile, Goiburú posteriormente se reunió con su familia en Argentina. Esta fuga causó vergüenza a Stroessner, y Goiburú se convirtió entonces en el enemigo número uno de la dictadura.
La persecución se intensificó aún más después de que el médico fuera acusado de ser el autor intelectual de un intento de asesinato frustrado contra el dictador. En diciembre de 1974, dos hombres armados entraron en la casa de la familia; Rogelio (el hijo mayor), su hermano y algunos vecinos lograron capturar a uno de ellos, el policía Bernardo Cocco, quien más tarde confesó que el fallido intento de secuestra había sido planeado por el Jefe del Departamento de Investigaciones de la Policía de la Capital, Pastor Coronel.
Después de este episodio, Goiburú ya no se sentía seguro en Posadas, y registraba en un diario todos los coches y personas que le seguían. En febrero de 1975 la familia se trasladó a la ciudad argentina de Paraná, a 780 kilómetros de Asunción; pero la distancia no era un obstáculo para Stroessner: en 1975, otro intento de secuestro fracasó a último momento.
Tras el golpe de Estado en Argentina, en marzo de 1976, la situación de Goiburú se volvió más precaria. Agentes argentinos y paraguayos, así como funcionarios diplomáticos, espiaban permanentemente al médico y a su familia. El cónsul paraguayo Francisco Ortiz Téllez vigilaba de cerca a la comunidad paraguaya de opositores exiliados en el norte de Argentina e informaba regularmente sobre sus reuniones y paradero.
A principios de 1977 se ideó un plan de secuestro sumamente detallado, con el nombre en clave de “Safari”, pues las fuerzas de seguridad sabían que Goiburú adoptaba medidas de seguridad y poseía armas en su casa y en su clínica. El día anterior del operativo, Goiburú fue citado a la comisaría local, donde lo dejaron esperando durante mucho tiempo, para luego decirle que había sido un error. Mientras estaba allí, se dio cuenta de que varias personas pasaban y lo miraban fijamente.
Al día siguiente, hacia el mediodía del 9 de febrero de 1977, se desarrolló el secuestro: un Ford Falcon verde chocó contra el coche estacionado de Goiburú y, cuando el médico salió de la casa donde se encontraba y se acercó a evaluar los daños, fue inmediatamente capturado y forzado por hombres armados a entrar en el auto, que arrancó con rumbo desconocido.
Su familia inició inmediatamente una búsqueda desesperada, y acabó por comprobar que Goiburú había sido entregado a las autoridades paraguayas poco después de su secuestro. Un ex preso político, Domingo Rolón, vio al Dr. Goiburú dentro del Departamento de Investigaciones de la Policía de Asunción en marzo de 1977. Durante su cautiverio, el doctor le preguntó quién era y luego se presentó, diciéndole que había sido trasladado desde Argentina. Un coronel argentino también confirmó el traslado clandestino del médico.
El médico permanece desaparecido. La privación ilegal de la libertad del doctor Goiburú fue incluida en el juicio Cóndor de Argentina que aconteció entre 2013 y 2016. Por su caso, se encontraba imputado el ex dictador argentino, Jorge Rafael Videla, que falleció durante el transcurso del debate y, por lo tanto, el tribunal no pudo dictar sentencia respecto a este caso.