Entre el 27 de febrero y 4 de marzo de 1974, tuvo lugar en Buenos Aires un encuentro de jefes de policía de la región en la que se acordó la cooperación entre la Policía Federal Argentina, con sus pares de Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. Durante esta cumbre de autoridades policiales, se intercambiaron experiencias para profundizar la participación conjunta en operativos antisubversivos, y se acordó el intercambio de información y el establecimiento de un canal de comunicación entre las fuerzas policiales. La reunión, que tuvo un carácter secreto, fue un mojón del fortalecimiento de las coordinaciones de las fuerzas represivas de la región que fortalecían su influencia a través de los agregados militares que actuaban en las embajadas.
El rol de las policías de los países de la región y sus órganos de inteligencia fue muy relevante para el despliegue de la persecución trasnacional y los crímenes de lesa humanidad.