La Brigada de Investigaciones de San Justo fue un centro clandestino de detención y tortura en Buenos Aires, Argentina. Funcionó en una dependencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, ubicada en la calle Salta 2450, en San Justo, partido de La Matanza, en la zona oeste del área metropolitana de Buenos Aires.

El lugar tenía calabozos en la planta baja y tres habitaciones de la planta alta del edificio que se usaban como celdas. 

En noviembre de 1974, previo al golpe de Estado de Argentina, en ese lugar se presume que permanecieron secuestrados el grupo de ciudadanos uruguayos detenidos en Buenos Aires, trasladados clandestinamente a Uruguay y luego asesinados, en el operativo que se conoce como “Fusilados de Soca”.

Entre marzo de 1976 y agosto de 1978 pasaron por ese centro más de cien personas que pudieron ser identificadas, nueve solamente han podido ser individualizadas por su nombre de pila o apodo. Del total de víctimas de ese centro clandestino, se ha relevado que cuarenta y siete estuvieron secuestradas vinculadas a la represión del Plan Cóndor y las coordinaciones represivas de los años previos. 

La Brigada de San Justo pertenecía al denominado circuito Camps, una red represiva constituida por veintinueve centros de detención y tortura, denominados así por el rol que cumplía el jefe de policía de la Provincia de Buenos Aires, el General Ramón Juan Camps.

Un caso emblemático de la coordinación represiva llevada a cabo en ese lugar es el de Claudio Logares y Mónica Grinspón, ambos argentinos estudiantes de agronomía y ex militantes Montoneros. Se mudaron en 1977 a Montevideo, Uruguay, donde vivían legalmente junto a su hija Paula Eva de veintitrés meses de edad. El 18 de mayo de 1978 es feriado en Uruguay y Mónica y Claudio decidieron ir a pasear a un Parque, pero mientras se dirigían hacia allí, al bajar del transporte público fueron secuestrados por un grupo de hombres armados. La familia completa fue trasladada a centros de detención en Buenos Aires.

Varios sobrevivientes testimoniaron haberlos visto, en muy malas condiciones debido a las torturas padecidas en la Brigada de Investigaciones de San Justo. De ese lugar Paula fue apropiada por un subcomisario de policía que desempeñaba funciones allí y recién recuperó su identidad en 1984. Sus padres  fueron trasladados al centro clandestino Pozo de Banfield donde les desaparecen.

El matrimonio constituido por María Asunción Artigas, uruguaya y Alfredo Moyano, argentino, fueron secuestrados por primera vez en 1975. Fueron llevados a la Brigada de San Justo donde fueron interrogados y torturados por miembros de las fuerzas de seguridad argentinas y uruguayas y posteriormente liberados. El 30 de diciembre de 1977, estando María embarazada volvieron a secuestrar a la pareja y se los mantuvo en cautiverio en varios centros clandestinos ubicados en la Provincia de Buenos Aires. Luego de que María Asunción diera a luz a su hija en el Pozo de Banfield en agosto de 1978, el comisario de la Brigada de San Justo, Oscar Penna, se apropió de la bebé. Victoria Moyano Artigas recuperó su identidad en 1987.

En marzo de 2016 se colocó una placa que identifica el edificio donde funcionó la Brigada de Investigaciones de San Justo como Sitio de Memoria del Terrorismo de Estado. 

El 13 de agosto de 2018 dio inicio el debate oral y público por los delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención Brigada de San Justo. En diciembre del año 2020 se condenó a dieciséis imputados, diez de ellos a prisión perpetua, por múltiples crímenes cometidos en ese lugar contra ochenta y cuatro víctimas. 

El veredicto incluyó la exhortación a desafectar el edificio que sigue funcionando como dependencia policial, para que pueda ser puesto a disposición de la Dirección Nacional de Sitios de Memoria de la Secretaría de Derechos Humanos y que se adopten las medidas necesarias para preservarlo.