Departamento de Investigaciones de la Policía de la Capital

Reseña

El Departamento de Investigaciones de la Policía de la Capital, fue el principal centro de detención y tortura de Paraguay y el edificio de cuatro pisos se encontraba en su capital, Asunción, en la calle Presidente Franco Nº 265.

Desde ahí  dependía un conjunto de otros lugares de detención y tortura cercanos. Una de sus dependencias denominada “Vigilancia y Delitos” era el primer destino de los personas detenidas por motivos políticos.

En el año 1968, el jefe de policía,  Pastor Coronel, asumió la jefatura de la Policía de Investigaciones de Paraguay.El nombramiento de Pastor Coronel al Departamento de Investigaciones produjo cambios significativos y convirtió dicha dependencia  en el centro neurálgico de la represión en todo el país, con tareas de inteligencia y control de la disidencia social y política. El Departamento de Investigaciones coordinaba sus tareas  con las oficinas de inteligencia de las Fuerzas Armadas y con la Dirección Nacional de Asuntos Técnicos, conocida como “la Técnica”.

De acuerdo al informe de la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay se estima que en ese lugar desaparecieron o fueron asesinadas treinta y nueve personas de unas dos mil que fueron mantenidas allí detenidas y torturadas. En ese mismo informe se destaca que los secuestros y la tortura no se realizaban en centros clandestinos de detención sino en lugares oficiales que eran conocidos por la toda la sociedad paraguaya. Se destacó que casi el ochenta por ciento de las detenciones por motivos políticos se realizaban en distintos locales y dependencias de la policía. En el edificio del Departamento de Investigaciones se concentró un treinta por ciento de los secuestros y torturas.

En la década del 70, el Departamento de Investigaciones fue además el enlace operativo paraguayo con los otros servicios activos que coordinaban con las fuerzas represivas de la región en el marco del Plan Cóndor.

Por los testimonios de personas sobrevivientes se conoce la brutalidad de las condiciones de encierro y tortura, muchas que daban continuidad a la brutalidad tipica de la era colonial. Las víctimas refieren golpes con garrotes y con látigos de cuero utilizados para animales, los que se conocen por su nombre en idioma guaraní: tejuruguái. En el Departamento de Investigaciones se denota en particular la saña de los torturadores los cuales le atribuían a los látigos nombres sarcásticos, como el de “constitución nacional”, “democracia” y “derechos humanos”. Algunos de esos látigos tenían en la punta un trozo de metal para generar mayores heridas y desgarros.

Son veintiocho las víctimas relevadas del Plan Cóndor que pasaron por ese centro de torturas. Un caso emblemático es el del chileno Jorge Isaac Fuentes Alarcón y el argentino Amílcar Santucho. Ambos fueron detenidos ahí en mayo de 1975 después de haber sido secuestrados.

Fuentes Alarcón fue torturado e interrogado por Pastor Coronel y entregado el 25 de septiembre de ese año a agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) de Chile. Se recuperó un documento en el que el coronel Manuel Contreras, Director de la DINA, envió al Jefe de Investigaciones de Paraguay, Pastor Coronel, los más sinceros agradecimientos por la cooperación prestada al personal de la DINA en su misión en Paraguay.

Otro caso emblemático del rol del Departamento de Investigaciones en las coordinaciones represivas regionales es el de la joven María Rosa Aguirre, ciudadana paraguaya secuestrada embarazada en Montevideo (Uruguay). Luego de su secuestro por parte de las Fuerzas Conjuntas uruguayas en 1974, Aguirre fue trasladada clandestinamente a Paraguay, donde estuvo detenida durante meses en el Departamento de Investigaciones y otros centros de la policía mientras avanzaba su embarazo. Se presume que murió luego del parto en el “Policlínico Policial Rigoberto Caballero” con 20 años de edad, pero su cuerpo nunca fue hallado. A partir de documentos encontrados en el Archivo del Terror de Paraguay se pudo identificar a su hija, que recuperó su identidad en el año 1999.  

En la actualidad el edificio es la sede del Departamento de Derechos Humanos de la Policía de la Capital. 

El archivo del Departamento de Investigaciones fue recuperado en 1992 en una dependencia policial de la ciudad de Lambaré. Los mismos pasaron a ser conocidos como “Los Archivos del Terror”. Estos documentos se encuentran disponibles en el Museo de la Justicia, en el Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos.

 

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SMLG-PYASU-2
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